Tengo depresión

Ella está ahí, consumiendo cada parte de mi ser, agotando cada línea de energía que me queda, llevándose consigo una parte de mi alma y de mi espíritu. No puedo describir con palabras precisas su forma, tampoco puedo explicar el cómo esta hace que pierda las ganas de absolutamente todo, simplemente dejé de disfrutar de todo aquello que antes me hacía feliz… un buen café por las tardes, escuchar mi música preferida a la luz de la luna, ver una película nueva cada día y, sin duda alguna, charlar diariamente con mi persona favorita que, por cierto, ya no existe más en mí; no sé si su ausencia fue lo que significó este vacío tan grande que siento, o quizá todo esto existió desde antes que esta hubiera llegado a mi vida y nunca lo noté porque estaba ella ahí.

 

Veo a mi alrededor y pienso “Soy muy joven para haber permitido que ella entrará mi vida”, sin embargo, también me pregunto ¿Será que yo lo permití o esta entro a la fuerza? Y no, no me refiero a esa persona con la que hablaba todos los días sino a aquella cosa amorfa que vino a destruir mi vida. Constantemente me pregunto hasta qué punto puede aguantar un ser humano promedio el vivir con un dolor tan grande, cuánto tiempo puede darse el “lujo” de permitirse vivir sintiendo todo y nada al mismo tiempo, aparentemente disfrutando, pero detestando cada momento consigo mismo y con los que le rodean, mintiéndose a sí mismo e inventando el escenario falso constante de una vida perfecta…

 

Estoy cansada de verla ahí tan tranquila existiendo, tan descaradamente y despreocupada de su impacto en mi vida. He intentado hablar con alguien sobre lo que he estado viviendo, pero tal parece que el espectro tan grande que irradia de mí ahuyenta a todo aquel que intenta acercarse. ¿Seré yo el problema? ¿No seré tan relevante como para que presten atención en mí? O… ¿Quizá hace falta que intente hacer algo que llame la atención de todos para que por fin se den cuenta de mi estado?

 

No… No te tengo miedo, porque he estado conviviendo contigo por mucho tiempo, creo que ya hasta me acostumbré a que estés ahí, quizá es algo a lo que tendré que adaptarme por el resto de mi vida y que seas parte de mí se ha convertido en una costumbre. Muchas personas de mi alrededor suelen llamarte por un nombre, depresión creo que es, sin embargo, para mí eres aún más que eso… eres mi realidad, mi reflejo.

Ciara Citalán

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
¿Hola, en que te puedo ayudar?